REPORTE ESPECIAL: Como el COVID-19 afectó las cárceles del condado de Monterey
CONDADO DE MONTEREY, California (KMUV-TV) Entre las nuevas variantes que llegan a la Costa Central y los brotes de COVID-19 en la comunidad, el coronavirus sigue afectando a los hispanos más que a otros grupos demográficos.
En el Condado de Monterey, la población hispana forma parte del 65% de hospitalizaciones de COVID-19 y más de la mitad de muertes causadas por el coronavirus, según el departamento de salud del Condado de Monterey.
Pero mientras muchos de nosotros tenemos la libertad de alejarnos del público, muchos reclusos no tienen el mismo privilegio.
En la Cárcel del Condado de Monterey existe una población de 855 internos, entre los cuales hay 251 casos activos de COVID-19.
"Hay muchas personas ahorita que no están, que están en el sistema y se pueden mandar a su casa, porque cuando tienen los números muy altos no hay espacio para los jóvenes y para los adultos en el sistema que tengan el espacio para estar seguros," contó Cesar Lara, el Director de Póliza y Programas de MILPA.
MILPA es una organización sin fines de lucro que se dedica a defender los derechos de los reclusos y de los jóvenes que fueron encarcelados. Y según Lara, la cárcel del condado logró reducir el número de personas, pero la población aumentó en los últimos 2 años desde que empezó la pandemia.
Además, dice que no les han dado los recursos que necesitan para protegerse del virus.
"Ahorita, ellos piensan que no tiene una voz," dijo Lara. "Tenemos personas de Monterrey en la cárcel que tomaron el paso de parar de comer para enseñar a la comunidad que necesitan ayuda, que el sistema del sheriff no, no les han dado las máscaras y cosas para que queden todo limpio, para que se protejan a ellos mismos."
El aguacil del condado de Monterey, explicó: "De vez en cuando, los reclusos se enojan por algo y-- lo llaman huelga de hambre --y dejan de comer la comida preparada que les hacemos."
Además, Thronburg cuenta que hubo tres olas de COVID-19. La primera fue en el verano del 2020, otra a mediados de 2021 y la que están pasando ahora con la nueva variante de Ómicron. Por lo que dice que es la ola más suave en comparación a las anteriores.
Y por ahora, no tienen hospitalizaciones, pero recuerda que, "Pasamos mucho tiempo sin COVID en la cárcel– que mantiene como mucho a 900 reclusos y a todo el personal," contó Thornburg. "Así que creemos que hemos hecho un buen trabajo para mantenerlo alejado y para manejarlo cuando llega."
Según Thronburg y Lara, lograron resolver el conflicto que hubo en la cárcel sobre el uso de cubrebocas y materiales para desinfectarse. Thornburg agregó que además de hacer pruebas a las personas nuevas que entran a la cárcel y aislarlos antes de ingresarlos, para el personal implica algunos pasos adicionales.
"Se vacunan o si no están vacunados, tienen que hacerse la prueba… y estamos siguiendo seo, absolutamente."