Conclusiones de las críticas de Donald Trump al Departamento de Justicia
Hannah Rabinowitz y Devan Cole, CNN
El presidente Donald Trump criticó a los fiscales del Departamento de Justicia que lo investigaron y prometió utilizarlo para atacar a sus propios enemigos en un discurso al estilo de campaña electoral pronunciado este viernes en el histórico Gran Salón del Departamento de Justicia.
El discurso, de una hora de duración, sirvió a la vez como una vuelta triunfal por haber superado las dos causas penales federales abiertas contra él por la administración Biden, y como una condena contra todos los funcionarios –algunos de los cuales fueron despedidos del Departamento de Justicia– que tocaron esos casos.
Trump se aparta de la forma en que los presidentes anteriores han tratado con el Departamento de Justicia. En el pasado, la Casa Blanca solía limitar las interacciones con el Departamento para que su trabajo no pareciera político. Trump, sin embargo, se autoproclamó este viernes “principal responsable de la aplicación de la ley en nuestro país”, un título tradicionalmente utilizado para referirse al secretario de Justicia.
Aunque los presidentes han pronunciado discursos sobre la labor de las fuerzas del orden y las políticas relacionadas en el Departamento de Justicia, la expresión pública de las quejas de Trump no tiene precedentes. Aprovechó la oportunidad para criticar a los tribunales, arremeter contra sus enemigos políticos y los medios de comunicación y amenazar con represalias.
Antes de abandonar el escenario, Trump dijo que había cuestionado su comparecencia ante el Departamento de Justicia. “Dije, ¿es apropiado que lo haga?”, relató el presidente, “y luego me di cuenta de que no solo es apropiado, sino que creo que es realmente importante, y puede que no lo vuelva a hacer”.
Estas son las conclusiones del discurso de Trump:
Nada más subir al atril, Trump se lanzó a una diatriba contra los funcionarios de la era Biden por actuar, en su opinión, de forma partidista y corrupta, y prometió expulsar del Gobierno a “actores deshonestos y fuerzas corruptas”.
“Expondremos, y mucho, sus atroces crímenes y su grave mala conducta, de la que hubo niveles, nunca se ha visto nada igual”, dijo Trump.
El presidente prometió “rendición de cuentas completa” por los “errores y abusos”, incluidas las dos investigaciones del fiscal especial en su contra en los últimos años, sobre el trabajo de su campaña con Rusia en las elecciones presidenciales de 2016 y sus intentos de anular las elecciones de 2020 y el mal manejo de documentos clasificados.
Añadió específicamente que creía que el Departamento de Justicia “persiguió a mi familia, personal y partidarios, allanó mi casa, Mar-a-Lago”. (El registro del FBI en la propiedad de Trump en Florida se llevó a cabo en virtud de una orden de registro).
El presidente no limitó su ira a los funcionarios de la pasada administración; también arremetió contra los medios de comunicación, señalando incluso a los periodistas sentados en la sala. Trump sugirió que la forma en que los medios describieron las elecciones puede ser “ilegal”.
Trump también aprovechó su momento para elogiar a sus aliados que se han visto envueltos en diversos problemas legales en los últimos años, incluidos los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de EE.UU.
Había un pequeño número de empleados de carrera entre el público, formado en su mayoría por partidarios políticos, entre ellos su exasesor de seguridad nacional Mike Flynn, que fue procesado por el Departamento de Justicia durante su primer mandato, y el secretario de Justicia de Texas Ken Paxton que también fue investigado por el Departamento de Justicia pero nunca fue acusado.
“Hay un hombre que pasó por un infierno, por cierto, y no debería haberlo hecho. Lo fue, es un patriota. Pasó por un infierno”, dijo Trump sobre Flynn.
El presidente también ofreció una crítica elogiosa de Todd Blanche y Emil Bove, dos abogados que le representaron en algunos de sus casos penales, incluido el asunto de los documentos clasificados, y que fueron recompensados con altos cargos en el Departamento de Justicia.
“Estos tipos nunca se rindieron”, dijo. “No eran tímidos. Lucharon. No tenían miedo. Y fueron brillantes: el secretario de Justicia adjunto Todd Blanche y el secretario de Justicia adjunto principal (general) Emil Bove”.
“Gracias a los dos”, dijo Trump. “Son grandes personas”.
Pero su mensaje fue claro en general: “Tan orgulloso de la gente en esta sala, pero primero, debemos ser honestos sobre las mentiras y los abusos que han ocurrido dentro de estas paredes”, reclamó Trump. “Desafortunadamente, en los últimos años, un grupo corrupto de piratas informáticos y radicales dentro de las filas del Gobierno estadounidense borró la confianza y la buena voluntad construidas durante generaciones”.
Al tiempo que arremetía contra el Departamento de Justicia de Biden, Trump dedicó un tiempo considerable de su discurso a deshacerse en elogios hacia la jueza federal de Florida que desestimó la causa penal de los documentos clasificados el pasado verano, así como hacia los abogados que le representaron en varios casos en los que era acusado.
“Tuvimos una jueza increíble en Florida, y su nombre es Aileen Cannon”, dijo Trump. A continuación, aseguró que no la conocía y que nunca habló con ella. (Cannon dijo lo mismo).
“Yo la nombré”, dijo Trump. Se opuso a los “abogados de relaciones públicas” no identificados que criticaron el manejo del histórico caso por parte de Cannon. “Decían que era lenta; que no era inteligente; que era totalmente parcial; que amaba a Trump”.
Cannon, a quien Trump nombró para el Distrito Sur de Florida en 2020, desestimó el caso de los documentos clasificados el pasado julio tras concluir que el nombramiento del fiscal especial Jack Smith violaba la Constitución, un fallo que iba en contra de otros jueces federales. No se pronunció sobre si el supuesto mal manejo de documentos clasificados por parte de Trump fue correcto o no.
“El caso contra mí era una m***da, y ella lo desestimó correctamente”, dijo Trump este viernes, entre risas en el Gran Salón, y añadió que creía que debería ser un delito criticar a los tribunales. “Tiene que acabar, tiene que ser ilegal, influir en los jueces”.
La apelación de Smith al fallo de Cannon estaba pendiente cuando Trump fue reelegido, y el fiscal especial se movió más tarde para retirar la apelación, ya que estaba relacionada con Trump después de su victoria en noviembre.
Junto a Trump, en el Gran Salón del Departamento de Justicia, había accesorios que figuraban como 180 kilos de fentanilo falso sentados debajo de una caja que decía en mayúsculas: “Pruebas de la DEA”.
El presidente sí se refirió a una de las prioridades de la secretario de Justicia Pam Bondi: la lucha contra el tráfico ilegal de drogas, en concreto el fentanilo.
“Este departamento no descansará hasta que hayamos acabado con la epidemia de fentanilo en Estados Unidos de una vez por todas”, dijo Trump. “En menos de dos meses desde que asumí el cargo, la DEA y el FBI han incautado casi un millón de dosis mortales de fentanilo, y eso es solo el principio”.
El fentanilo se ha convertido en la droga más común involucrada en las muertes por sobredosis en Estados Unidos, alimentando lo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han identificado como la “tercera ola” de la epidemia de sobredosis de opioides.
Trump también amenazó con tomar represalias contra México si no reduce el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
La droga a menudo mata a personas que no saben que los medicamentos que están tomando están mezclados con ella. Para dejar claro este punto, Trump subió al escenario a una madre cuyo hijo murió de una sobredosis accidental en 2022.
“Quiero que sepan que estamos trabajando todos los días para expulsar a estos salvajes de nuestro país y asegurarnos de que lo que les ocurrió a sus seres queridos no vuelva a ocurrir, por lo que su legado va a ser grande”, dijo Trump.
Subrayando la naturaleza de campaña del evento, cuando terminó el discurso de una hora, la canción “YMCA”, que suele sonar al final de los mítines de Trump, sonó por los altavoces del Departamento de Justicia.
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Michael Williams de CNN contribuyó a este informe.
