2024 fue el año más caluroso registrado, superando un objetivo climático y culminando 10 años de calor sin precedentes
Por Laura Paddison, CNN
Es oficial: 2024 fue el año más caluroso registrado, rompiendo el récord anterior establecido en 2023 y empujando al mundo por encima de un umbral climático crítico, de acuerdo con nuevos datos de la agencia de monitoreo climático de Europa, Copernicus.
El año pasado fue 1,6 grados más caliente que el período previo a que los humanos comenzaran a quemar grandes cantidades de combustibles fósiles, encontró Copernicus. Esto hace que 2024 sea el primer año calendario en superar el límite de 1,5 grados que los países acordaron evitar bajo el acuerdo climático de París en 2015.
Los científicos están mucho más preocupados por las brechas que se producen a lo largo de décadas, en lugar de años individuales, ya que por encima de ese umbral los humanos y los ecosistemas pueden tener dificultades para adaptarse, pero el récord de 2024 “significa que estamos peligrosamente cerca”, dijo Joeri Rogelj, profesor de clima en el Imperial College de Londres.
El análisis de Copernicus señala una serie de récords climáticos que se rompieron el año pasado: el planeta soportó su día más caluroso registrado en julio; cada mes de enero a junio fue el mes más cálido registrado; y los niveles de contaminación que calientan el planeta alcanzaron máximos sin precedentes.
El año pasado forma parte de un patrón de calor fuera de serie. Cada uno de los 10 años más calurosos del mundo ocurrió en la última década, de acuerdo con datos de Copernicus.
Detrás de estas estadísticas se encuentra un gran costo. “Cada fracción de grado… trae más daño a las personas y los ecosistemas”, dijo Rogelj.
El clima extremo que barrió el mundo el año pasado muestra cuán peligrosa ya es la vida en un mundo más cálido.
Huracanes consecutivos en EE.UU., alimentados por temperaturas oceánicas ultra cálidas, mataron a cientos de personas. En España, más de 200 personas murieron en inundaciones catastróficas. Los ríos del Amazonas cayeron a mínimos sin precedentes durante la peor sequía registrada en la región y Filipinas experimentó una temporada de tifones extraordinaria, con seis en solo 30 días.
La crisis climática jugó un papel en todos estos eventos extremos, según análisis científicos.
Los científicos todavía están tratando de comprender completamente por qué el calor global ha sido tan extremo en los últimos dos años.
El principal impulsor es claro: la crisis climática causada por el hombre, potenciada por El Niño, un patrón climático natural que tiende a tener una influencia de calentamiento, que comenzó en 2023 y terminó a principios de este año. Sin embargo, no explica todo el calor.
Los científicos también han señalado una reciente disminución en la contaminación por transporte marítimo tras las regulaciones, un logro para la salud humana, pero, en un giro cruel, este tipo de contaminación también ayuda a enfriar el planeta al reflejar la luz solar de regreso al espacio.
La erupción de un enorme volcán submarino en el Pacífico Sur en 2022, que envió columnas de vapor de agua, un potente gas de efecto invernadero, a la atmósfera, también puede haber contribuido.
Luego están las nubes. Un estudio de diciembre encontró que la escasez de nubes que reflejan el sol sobre el océano puede ser otro factor.
Los científicos creen que es poco probable que 2025 sea otro año récord. El jueves se declaró el fenómeno de La Niña, un patrón climático natural que tiende a tener una influencia de enfriamiento global.
“Pero la gente no debería pensar que eso significa que el cambio climático está en pausa o se está estabilizando”, dijo Paulo Ceppi, un científico del clima en el Imperial College de Londres. “Una pequeña caída no cambia la clara trayectoria ascendente en la que estamos”, agregó.
Los científicos dicen que las próximas décadas probablemente serán aún más calurosas a medida que los humanos continúen quemando carbón, petróleo y gas que calientan el planeta.
“El mundo no necesita encontrar una solución mágica para evitar que las cosas empeoren en 2025”, dijo Friederike Otto, una científica del clima en el Imperial College de Londres. “Sabemos exactamente lo que necesitamos hacer para alejarnos de los combustibles fósiles”.
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