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Dos pandas viajan de China a la capital de Estados Unidos por primera vez en 24 años

Belén Liotti

Dujiangyan, China (CNN) –– Dos pandas gigantes están en camino desde China hacia el Zoológico Nacional de Washington, para el esperado regreso de los amados osos a la capital estadounidense.

Bao Li y Qing Bao, ambos de tres años, abandonaron la base de investigación de pandas gigantes en Dujiangyan, una ciudad cercana al hábitat natural de los osos en las montañas del suroeste de China, este lunes por la noche, hora local. Se subirán a un avión de carga Boeing 777 de FedEx especialmente alquilado, llamado “Panda Express”, y despegarán hacia Washington en unas pocas horas.

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“Hemos preparado panecillos de maíz, brotes de bambú, zanahorias, agua y medicinas para garantizar que las necesidades de los pandas estén cubiertas durante el vuelo”, dijo la Asociación de Conservación de la Vida Silvestre de China en un comunicado que anunciaba la partida de la pareja.

El dúo blanco y negro son los primeros pandas que China envía a Washington en 24 años. La pareja anterior regresó a China con su cachorro el pasado noviembre, lo que desencadenó una ola de despedidas entre lágrimas en el Zoológico Nacional del Smithsonian.

Durante los últimos 11 meses, la sala de pandas del zoológico, que solía atraer a millones de visitantes, ha estado vacía. Ahora, tras completar una remodelación que costó un millón de dólares, está contando las horas para dar la bienvenida a los nuevos inquilinos.

La renovada diplomacia panda de China con Estados Unidos es un raro punto de cooperación en la compleja relación entre las dos superpotencias rivales del mundo, que se ha visto empañada por tensiones en el comercio, la tecnología, la geopolítica y más.

Antes de partir de la base de Dujiangyan, los pandas fueron sacados en grandes cajas de transporte y cargados en dos camiones que los esperaban. CNN fue el único medio extranjero que presenció su partida.

Qing Bao camina alrededor de su caja de transporte. Crédito: Tom Booth/CNN.

Qing Bao se pone inquieta mientras su caja es subida al camión. Crédito: Tom Booth/CNN.

El macho, Bao Li, parecía tranquilo y sereno mientras caminaba lentamente alrededor de la jaula. Qing Bao, una hembra pequeña, estaba más inquieta. Se puso de pie y sacó el hocico y las patas por los barrotes mientras subían la jaula con una carretilla elevadora al camión.

Los miembros del personal mostraron fotografías de los dos osos y pancartas mientras pasaban los camiones, y corearon consignas deseándoles un viaje seguro.

El lunes se celebró una ceremonia de despedida en un hotel cercano a la base, a la que asistió una delegación del zoológico de Washington que llegó a la provincia china de Sichuan para ayudar con la transición.

Al hablar en la ceremonia, la directora del zoológico, Brandie Smith, elogió el medio siglo de colaboración entre el Smithsonian y sus socios chinos en la conservación del panda, desde que la primera pareja llegó de China en 1972.

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“Estos queridos osos blancos y negros son íconos en Washington y adorados en todo el mundo”, dijo Smith. “Nuestro equipo y legiones de aficcionados esperan darles la bienvenida a Bao Li y Qing Bao al Zoológico Nacional del Smithsonian”.

Los dos pandas serán prestados al Zoológico Nacional Smithsonian durante 10 años, con una tarifa anual de un millón de dólares para apoyar los esfuerzos de conservación en China.

Aunque nació en Sichuan, Bao Li tiene profundas raíces familiares en Washington. Su madre, Bao Bao, nació como una celebridad en el Zoológico Nacional en 2013 y regresó a China cuatro años después. Sus abuelos, Meixiang y Tian Tian, ​​vivieron en el zoológico durante 23 años hasta que su contrato de alquiler finalizó el año pasado.

“Me recuerda mucho a su abuelo, Tian Tian”, dijo Mariel Lally, cuidadora de pandas del Zoológico Nacional que acompaña a Bao Li y Qing Bao en el vuelo a Washington.

“Bao Li es casi idéntico a él, así que es como tener a Tian Tian Junior”, dijo a CNN en Dujiangyan el día antes de la partida de los osos.

Bao Li es cargado en el camión. Crédito: Tom Booth/CNN.

“Un viaje muy cómodo”

Se realizaron muchos preparativos para el viaje de los dos pandas a través del océano Pacífico.

Lally pasó los últimos 10 días en la base de Dujiangyan en los que conoció a los dos pandas y trabajó con sus cuidadores chinos para el traslado. Dos colegas más –un veterinario y otro cuidador– llegaron desde Washington la semana pasada para sumarse al entrenamiento.

Bao Li y Qing Bao fueron retirados de la exhibición pública y puestos en cuarentena el 13 de septiembre, un día después de que Qing Bao cumpliera tres años (Bao Li había cumplido años cinco semanas antes). Los mantuvieron en recintos separados en una zona de cuarentena cercada y bordeada de árboles de bambú, escondidos en un área tranquila solo apta para el personal, lejos de las multitudes de turistas.

Ren Zhijun, un cuidador chino que ha estado cuidando a los dos osos en cuarentena, dijo que le sorprendieron las personalidades completamente diferentes de la pareja.

Bao Li es enérgico y tiene un gran apetito, lo que hace honor a su nombre, que significa “vigor precioso”. La hembra, Qing Bao, que significa “tesoro verde”, es “perezosa y le encanta dormir”, dijo Ren. “Cuando quiere hacer algo de ejercicio, se sube a un árbol”.

Ren Zhijun, cuidador de pandas en el centro de investigación de pandas gigantes en Dujiangyan, China. Crédito: Evelio Contreras/CNN.

Ren también notó una gran diferencia en su apetito: Bao Li, a quien le encantan los brotes de bambú, puede comer el doble de bambú que Qing Bao, quien considera las zanahorias y las manzanas como su comida favorita.

Después de haber cuidado a los osos durante semanas, será difícil decirles adiós, le dijo Ren a CNN el domingo. “Los pandas son como mis propios hijos”, dijo.

Bao Li y Qing Bao pasaron sus últimos días en Dujiangyan entrenándose para su primer vuelo de larga distancia. Todas las mañanas, la pareja entraba voluntariamente en sus cajas de traslado en cuanto se abría la puerta, con un poco de ayuda de comida.

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“Entran allí, reciben sus golosinas favoritas y, en realidad, es difícil sacarlos de allí”, dijo Lally. “Están muy cómodos y las jaulas son enormes. Pueden acostarse en cualquier dirección, ponerse de pie, hacer una voltereta (…) lo que sea, hay muchísimo espacio”.

Las cajas están construidas de manera que permitan a los cuidadores pasar bambú, brotes de bambú, frutas y agua fresca a los osos durante el vuelo.

“Tendrán un viaje muy cómodo aunque será largo”, dijo Lally.

Mariel Lally, cuidadora de pandas en el Zoológico Nacional Smithsonian en Washington. Crédito: Evelio Contreras/CNN.

“Un nuevo capítulo”

El Zoológico Nacional Smithsonian fue el primero de Estados Unidos en exhibir estos raros y adorables animales como parte de la “diplomacia panda” de China, una herramienta estratégica para ganar socios, generar buena voluntad y demostrar poder blando.

Todo comenzó con el viaje que realizó el presidente de Estados Unidos Richard Nixon a la China comunista durante la Guerra Fría. Durante esa histórica visita en 1972, la primera dama Pat Nixon quedó encantada con los pandas del zoológico de Pekín.

Días después, cuando estaba sentada junto al primer ministro de China Zhou Enlai en un banquete en Pekín, Pat Nixon se fijó en una caja de cigarrillos decorada con pandas sobre la mesa. “¿No son adorables? Me encantan”, le dijo a su anfitrión. “Te daré algunos”, respondió.

Semanas después, una pareja de pandas, Ling Ling y Hsing Hsing, llegaron al Zoológico Nacional de Washington. “Creo que el pandamonio va a estallar aquí mismo en el zoológico”, bromeó Pat Nixon en la ceremonia de bienvenida.

Tenía razón. En su primer día de exposición pública, los dos pandas atrajeron a unos 20.000 visitantes. Desde entonces, los pandas gigantes se han convertido en la atracción estrella del zoológico y atraen a millones de visitantes.

La cámara del panda gigante del zoológico, que funciona las 24 horas, obtuvo más de 100 millones de visitas desde su lanzamiento en el 2000. Dejó de funcionar en noviembre pasado, cuando Mei Xiang, Tiantian y su cachorro más joven, Xiao Qi Ji, partieron hacia China.

Para muchos residentes de Washington, su partida marcó el final de una era: por primera vez en 23 años, la exhibición de pandas gigantes en el Zoológico Nacional había quedado vacía.

También avivó los temores de que Estados Unidos pronto podría quedarse sin pandas. San Diego y Memphis ya habían devuelto sus osos a China en los últimos años, y los únicos cuatro que quedan en Atlanta tienen previsto partir este año.

Si bien la oleada de salidas era algo esperable, ya que los contratos de arrendamiento de los zoológicos para albergar pandas expiraron, se produjo en un momento tenso en las relaciones entre Estados Unidos y China. Algunos observadores se preguntaban si Beijing estaba poniendo fin a la “diplomacia de los pandas” con Estados Unidos y, en cambio, estaba otorgando nuevos préstamos de pandas a Europa y Medio Oriente.

Los cuidadores del Zoológico Nacional siguen a su homólogo chino para alimentar a los dos pandas que se dirigen a Washington y están en cuarentena en Dujiangyan, China, el 13 de octubre de 2024. Crédito: Evelio Contreras/CNN.

Luego, en una visita destinada a estabilizar los inestables lazos, el líder de China Xi Jinping señaló en San Francisco en noviembre pasado que China enviaría más pandas a Estados Unidos, y los llamó “enviados de amistad entre los pueblos chino y estadounidense”.

Pronto se reanudó una nueva ronda de “diplomacia panda”. En junio, una pareja de pandas llegó al Zoológico de San Diego, semanas después de que el Zoológico Nacional anunciara que recibiría dos nuevos osos antes de fin de año.

Smith, director del Zoológico Nacional, calificó la próxima llegada de Bao Li y Qing Bao como un “momento histórico” que abre el próximo capítulo del programa de conservación del panda gigante del zoológico.

“Los pandas gigantes representan verdaderamente cómo se pueden lograr grandes resultados de conservación a través de grandes alianzas y con el apoyo público”, afirmó.

Pero no todos en China están contentos con estos nuevos préstamos. Un grupo marginal pero muy presente de influencers protestó vehementemente contra el envío de los “tesoros nacionales” de China a Estados Unidos y otros países.

Algunos expresaron su preocupación por su bienestar y afirmaron, sin pruebas, que los zoológicos estadounidenses han maltratado a los pandas. Tales afirmaciones, a menudo alimentadas por un sentimiento nacionalista y antiestadounidense, ganaron fuerza en las redes sociales chinas en los últimos años tras la controversia sobre la salud de Ya Ya, un panda que estuvo en el zoológico de Memphis.

Cuando Bao Li y Qing Bao fueron puestos en cuarentena en septiembre, el Centro de Conservación e Investigación del Panda Gigante de China emitió un comunicado en el que desmentía el rumor sobre el maltrato a los pandas en el zoológico de Washington.

“La cooperación internacional en materia de pandas gigantes tiene una gran importancia”, afirmó el centro, que añadió que había aclarado esos rumores en múltiples ocasiones. “Entendemos perfectamente la preocupación de todos por los dos pandas gigantes, pero no crean los rumores que circulan en Internet”.

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