¿Por qué Irán y Pakistán se atacan mutuamente y qué tiene que ver con la guerra en Medio Oriente?
Melissa Velásquez Loaiza
Islamabad, Pakistán (CNN) — Pakistán e Irán han atacado mutuamente sus territorios en una escalada sin precedentes de las hostilidades entre los vecinos, en un momento en que las tensiones han aumentado bruscamente en todo Medio Oriente y más allá.
Los dos países comparten una inestable frontera de unos 900 kilómetros, con la provincia paquistaní de Baluchistán a un lado y la provincia iraní de Sistán y Baluchistán al otro.
Ambos países llevan mucho tiempo luchando contra los militantes de la conflictiva región de Baluchistán, a lo largo de la frontera. Sin embargo, aunque los dos países comparten un enemigo separatista común, es muy poco habitual que una de las partes ataque a militantes en suelo de la otra.
Los últimos ataques se producen mientras los aliados y apoderados de Irán en Medio Oriente —el llamado eje de resistencia— lanzan ataques contra las fuerzas israelíes y sus aliados con el telón de fondo de la guerra de Gaza.
Esto es lo que debes saber.
Oficiales de seguridad pakistaníes inspeccionan el lugar de una explosión en Quetta, capital de la provincia de Baluchistán, el 17 de enero de 2024. (Crédito: Fayyaz Ahmed/EPA-EFE/Shutterstock)
¿Por qué hubo ataques entre Pakistán e Irán?
La salva inicial de esta trepidante secuencia de acontecimientos comenzó este martes, cuando Irán atacó la provincia paquistaní de Baluchistán, matando a dos niños e hiriendo a varios más, según las autoridades paquistaníes.
Irán afirmó que “sólo había atacado a terroristas iraníes en suelo paquistaní” y que ningún ciudadano paquistaní había sido blanco de los ataques.
Pero el ataque provocó la ira de Pakistán, que calificó el ataque de “violación atroz del derecho internacional y del espíritu de las relaciones bilaterales entre Pakistán e Irán”.
La agencia de noticias iraní Tasnim, afín al Estado, declaró que el ataque se había dirigido contra bastiones del grupo militante sunita Jaish al-Adl, conocido en Irán como Jaish al-Dhulm, o Ejército de la Justicia.
Este grupo militante separatista opera a ambos lados de la frontera entre Irán y Pakistán y ya ha reivindicado ataques contra objetivos iraníes. Su objetivo último es la independencia de la provincia iraní de Sistán y Baluchistán.
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Pakistán, país dotado de armas nucleares, es mayoritariamente sunita —la rama dominante del islam—, mientras que Irán y su “eje de resistencia” son mayoritariamente chiitas.
Pakistán contraatacó dos días después con lo que denominó “una serie de ataques militares de precisión altamente coordinados y específicamente dirigidos” contra varios supuestos escondites separatistas en Sistán y Baluchistán.
Al anunciar los ataques este jueves, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán dijo que varios militantes habían muerto. Las autoridades iraníes dijeron que al menos siete personas murieron en una serie de explosiones: tres mujeres y cuatro niños.
Pakistán lleva años quejándose de que los combatientes separatistas tienen “refugios y santuarios” en Irán, y se ha visto obligado a tomar cartas en el asunto con los ataques de este jueves.
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¿Por qué ahora?
La lucha de Pakistán e Irán contra los separatistas que actúan a ambos lados de sus fronteras no es nueva.
A lo largo de los años se han producido regularmente enfrentamientos mortales a lo largo de la turbulenta frontera. El mes pasado, Irán acusó a militantes de Jaish al-Adl de asaltar una comisaría de Policía en Sistán y Baluchistán, lo que causó la muerte de 11 policías iraníes, según Tasnim.
Lo que es muy inusual, sin embargo, es la voluntad de cada parte de atacar objetivos al otro lado de esas fronteras, sin informarse antes mutuamente. Y todo esto ocurre con el bombardeo israelí de Gaza como telón de fondo, que ha tenido repercusiones en toda la región.
Según los expertos, el conflicto regional puede haber animado a Irán a ser más proactivo en la persecución de objetivos más allá de sus fronteras, especialmente mientras Estados Unidos camina en la cuerda floja entre la reducción de las hostilidades y el despliegue de su propio poderío militar para disuadir a Irán de realizar nuevas maniobras.
El día anterior a los ataques en Pakistán, Irán lanzó misiles balísticos contra Iraq y Siria, afirmando tener como objetivo una base de espionaje de las fuerzas israelíes y “grupos terroristas antiiraníes”.
Mientras tanto, prosiguen los intensos combates entre Israel y el poderoso grupo Hezbollah, respaldado por Irán, al otro lado de la frontera libanesa; y Estados Unidos lucha contra los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen, que han atacado barcos en el mar Rojo en nombre de la venganza por el asalto israelí a Gaza.
“Si no se censura a Irán y a sus representantes, no les cuesta nada seguir con esas actividades”, afirmó Karim Sadjadpour, investigador principal de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional.
Añadió que la posición dominante de Irán en Medio Oriente, en contraste con naciones asoladas por conflictos como Yemen y Siria, significa que puede beneficiarse de la inestabilidad regional y de “llenar vacíos de poder”. Y las actividades de Irán sirven ahora para promover varios de sus principales objetivos, que incluyen dar poder a los palestinos y contrarrestar la influencia estadounidense en Medio Oriente, afirmó.
El general retirado del Ejército estadounidense Wesley Clark, ex comandante supremo aliado de la OTAN, afirmó que las diversas hostilidades reflejan que Irán “se esfuerza por cimentar su papel de líder en la región”.
“Está buscando la hegemonía regional”, dijo a CNN. “Y cuando Estados Unidos e Israel están ahí, e Israel está librando esta campaña contra Hamas, entonces Irán siente la necesidad de contraatacar y reafirmarse”.
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¿A qué se debe el conflicto fronterizo?
El pueblo baluch vive donde confluyen Pakistán, Afganistán e Irán. Desde hace mucho tiempo han mostrado una vena ferozmente independiente y siempre se han resentido de ser gobernados tanto por Islamabad como por Teherán, con insurgencias burbujeando a través de la porosa región fronteriza durante décadas.
La zona en la que viven también es rica en recursos naturales, pero los separatistas baluchis se quejan de que su pueblo, uno de los más pobres de la región, apenas ha visto cómo la riqueza se filtraba a sus comunidades.
Baluchistán, la provincia más extensa de Pakistán, ha sido testigo de una oleada de atentados mortales en los últimos años, alimentados por la insurgencia durante décadas de los separatistas que exigen la independencia del país, enfadados por lo que consideran el monopolio y la explotación por parte del Estado de los recursos minerales de la región.
Irán también se ha enfrentado a una larga historia de insurgencias por parte de sus minorías kurda, árabe y baluchi.
Jaish al-Adl es sólo uno de los muchos grupos separatistas que operan en Irán. Originalmente formaba parte de un grupo militante sunita más amplio llamado Jundallah, que se fracturó después de que su líder fuera ejecutado por Irán en 2010, según el Centro Nacional Antiterrorista del Gobierno estadounidense. En su lugar surgió Jaish al-Adl, designada organización terrorista extranjera por el Departamento de Estado estadounidense.
El grupo suele atentar contra personal de seguridad iraní, funcionarios del Gobierno y civiles chiitas, según el Centro Nacional Antiterrorista.
En 2015, el grupo reivindicó la autoría de un ataque en el que murieron ocho guardias fronterizos iraníes, con militantes que al parecer cruzaron a Irán desde Pakistán. Y en 2019, se atribuyó la responsabilidad de un atentado suicida que destruyó un autobús que transportaba a miembros del Ejército iraní, matando al menos a 23 personas en Sistan-Baluchestan.
Este miércoles, un día después de los ataques de Irán contra Pakistán, Jaish al-Adl reivindicó la autoría de un atentado contra un vehículo militar iraní en Sistán y Baluchistán.
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¿Qué sigue?
Los ataques iraníes del martes provocaron una disputa diplomática, y Pakistán retiró a su embajador de Irán y suspendió todas las visitas de alto nivel de su vecino. Y tras los ataques de Pakistán, Irán exigió este jueves “una explicación inmediata” a su vecino, informó Tasmin.
Los países vecinos se han pronunciado al respecto, e India ha dicho que tiene “tolerancia cero con el terrorismo” y que el ataque era “un asunto entre Irán y Pakistán”. China ha instado a ambas naciones a actuar con moderación y evitar una mayor escalada de las tensiones.
Este miércoles, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matt Miller, declaró que Washington estaba trabajando para evitar que Medio Oriente estalle en un conflicto a gran escala.
“Hemos visto a Irán violar las fronteras soberanas de tres de sus vecinos en los dos últimos días”, dijo, refiriéndose a Pakistán, Iraq y Siria. Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que Pakistán, un antiguo aliado de EE.UU., tomara represalias contra Irán, Miller dijo: “Esperamos que sea una cuestión que pueda resolverse pacíficamente”.
El posterior ataque de Pakistán en suelo iraní demuestra que ha decidido responder con algo más que repercusiones diplomáticas.
Sin embargo, no está claro si Irán o Pakistán desean entrar de lleno en las hostilidades por unos grupos separatistas que ambos consideran enemigos.
Ambas partes emitieron declaraciones tras sus respectivos ataques que dejaban entrever su deseo de que las cosas no se recrudecieran.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán calificó a Irán de “país hermano” y subrayó la necesidad de “encontrar soluciones conjuntas”.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán se hizo eco de esta declaración al calificar a Pakistán de “país amigo” a principios de semana y afirmar que sus ataques eran proporcionados y sólo iban dirigidos contra militantes.
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