Al menos el 10% de las secuoyas gigantes del mundo se perdió en un solo incendio, sugiere un informe
(CNN) — Cerca del 10 al 14% de las secuoyas gigantes del mundo se destruyeron en un solo incendio forestal que arrasó el Bosque Nacional Sequoia en California el verano pasado, según un nuevo informe preliminar del Servicio de Parques Nacionales.
El informe, que todavía no está a disposición del público, usó imágenes satelitales para mostrar el impacto que tuvo el incendio de Castle en los árboles gigantes. Los expertos califican lo sucedido como un evento de mortalidad sin precedentes causado por una combinación de sequía impulsada por el cambio climático y el trabajo para extinguir los incendios.
Imagen de una de las zonas del Bosque Nacional de Sequoia de California más afectadas por el incendio de Castle en octubre de 2020.
«La pérdida de 7.500 a 10.600 secuoyas gigantes, muchas de las cuales probablemente tenían miles de años, es devastadora», dijo a CNN la autora principal del estudio, la Dra. Christy Brigham, jefa de Gestión de Recursos y Ciencia en los Parques Nacionales Sequoia y Kings Canyon. «Estos árboles son insustituibles en nuestro tiempo de vida», agregó.
Está previsto que el informe, que aún es preliminar y debe ser revisado por pares, se publique en las próximas semanas.
Las secuoyas gigantes, que solo crecen de forma natural en la ladera occidental de la Sierra Nevada y pueden alcanzar alturas de 90 metros, dependen del fuego para abrir sus conos y liberar semillas para reproducirse. Históricamente, esos incendios han ardido de manera natural a temperaturas más bajas, matando árboles pequeños y raleando el bosque. Pero los esfuerzos para extinguir los incendios han provocado que el bosque se vuelva más denso. Y esto, combinado con una sequía de un año, ha hecho que muchos de esos árboles se mueran, creando más combustibles que se quemaron a una temperatura más caliente y con más intesidad que en incendios anteriores.
Fotos del Servicio de Parques Nacionales muestran el impacto de los incendios.
«Mi primera reacción fue llorar», dijo Brigham. «Mi segunda reacción fue trabajar con colegas para presentar propuestas de subvenciones para financiar tratamientos adicionales para los bosques, priorizar las arboledas en el tratamiento y trabajar con otros científicos y expertos para aumentar el ritmo y la escala de los tratamientos forestales para proteger las secuoyas maduras restantes», contó.
Este incendio comenzó en agosto, cuando la maleza seca provocada por una tormenta eléctrica se extendió para unirse a otros incendios y formar el enorme incendio Complejo Sequoia de 70.000 hectáreas. En mayo, científicos y equipos de bomberos descubrieron una secuoya que seguía ardiendo por el incendio unos nueve meses después.
A pesar de la destrucción de estos tesoros gigantes, el fuego tuvo un impacto positivo en otras áreas del bosque, dijo Brigham.
«En áreas que se quemaron con severidad baja y moderada se redujeron los combustibles, se abrieron conos de secuoya y se liberaron semillas, y se crearon micrositios para la siembra de secuoya», dijo Brigham, y agregó que los bosques deben volver a un estado en el que puedan resistir un incendio forestal sin sufrir estas pérdidas catastróficas.