Los bares y las reglas de seguridad por covid-19 no combinan, encontró un estudio
(CNN) — ¿Es posible hacer que los bares sean seguros en una pandemia? Un experimento en Escocia el verano pasado fracasó en ese sentido, según una nueva investigación publicada el lunes en la revista Journal of Studies on Alcohol and Drugs.
A pesar de la orientación del Gobierno y los esfuerzos de los dueños de bares para implementar medidas de seguridad, los clientes y el personal no cumplieron ni siquiera con las medidas más simples destinadas a prevenir la propagación, especialmente cuando los clientes estaban en estado de embriaguez, encontraron los investigadores.
Con algunos lugares nuevamente en funcionamiento para cenas en sitios interiores en ciudades como Nueva York y Portland, muchos propietarios de negocios de EE.UU. están trabajando para que la experiencia sea lo más segura posible, algo que los investigadores escoceses encontraron que puede no ser tan fácil.
Después de un cierre en el Reino Unido, se permitió que los bares en Escocia reabrieran en julio bajo nuevas pautas, que incluyen mantener a los grupos de clientes al menos a un metro de distancia, mantener a todos los clientes sentados y exigir que el personal use cubiertas faciales.
Niamh Fitzgerald, profesor de la Universidad de Stirling en Escocia, y sus colegas visitaron 29 bares para observar cómo funcionaban estas medidas de seguridad en la práctica.
«Se trataba esencialmente de comprender cuáles son los riesgos y qué tan exitosos son nuestros bares y pubs para controlar esos riesgos», dijo Fitzgerald.
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Las medidas de seguridad se desvanecieron
El equipo descubrió que el personal no usaba cubiertas faciales de manera constante, y algunos se bajaban las máscaras para hablar con los clientes, tal vez frustrando el propósito.
Si bien la mayoría de las instalaciones pudieron reestructurar su distribución para adaptarse a una distancia de un metro entre las mesas, muchas aún tenían problemas de hacinamiento.
«Fue muy difícil para ellos eliminar por completo lo que llamamos ‘puntos de enganche’, por lo que había áreas estrechas en la mayoría de los lugares, ya sea en las entradas, en los pasillos o en los baños, donde era difícil para los clientes evitar acercarse», dijo Fitzgerald.
Una instalación cubrió la barra del bar con cinta negra y amarilla y una advertencia para mantenerse alejado, pero los clientes todavía se apiñaban alrededor del mostrador.
«Ninguno de los clientes reconoció que la cinta estaba allí», escribieron los investigadores.
Gran parte del riesgo que observó el equipo fue por la noche, cuando los clientes bebían. Los investigadores señalan que el consumo de alcohol puede afectar la audición, la visión y el juicio de una persona, lo que dificulta físicamente el cumplimiento de las medidas de seguridad. También puede reducir las inhibiciones, lo que hace que las personas simplemente se preocupen menos por cumplir.
El equipo vio gente saltando de mesa en mesa, tocándose y cantando o gritando.
Algunos clientes hicieron nuevos amigos en lugares inesperados.
«Dos mujeres de diferentes grupos… chocaron fuera del baño y empezaron a gritar, abrazarse y saltar juntas», escribió el equipo. «Luego entraron a los baños y entraron juntas en un cubículo, luego se les observó lavándose las manos durante unos dos segundos cuando se fueron, a pesar de que había carteles por todas partes recomendando un lavado de manos de 20 segundos».
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El equipo describió a una mujer muy ebria que le pedía a un apuesto camarero que se tomara una foto con ella. Él obedeció, después de lo cual ella lo besó en la mejilla y le dio las gracias.
En todos los casos menos en uno, el personal no pudo detener tal comportamiento, señaló Fitzgerald. «Descubrimos que, en su mayoría, ni siquiera lo intentaron».
En una industria en la que el cliente siempre tiene la razón, puede ser difícil para el personal establecer la ley en lo que respecta a las precauciones contra el coronavirus.
En entrevistas con dueños de negocios, muchos dijeron a los investigadores que están acostumbrados a manejar a personas ebrias.
«Creo que el nivel de intervención es probablemente, al menos en Escocia, cuando la gente está muy borracha y es desordenada», dijo Fitzgerald. «Considerando que, el nivel de embriaguez en el que ocurren este tipo de comportamientos se encuentra en una etapa en la que las personas son demasiado amigables; simplemente se divierten. No es el tipo de situaciones en las que el personal hubiera tenido que intervenir anteriormente».
«Existe este tipo de nueva expectativa de comportamiento al que ni los clientes ni el personal se han adaptado realmente», agregó.
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| El coronavirus nos ha llevado a tomar una serie de medidas para protegernos del contagio. Pero, ¿realmente funcionan? Mira la galería → 1. Tapetes de desinfección, cubrirse los zapatos, desinfectar las suelas, desinfectar las llantas de los autos | El consenso entre los expertos que consultamos es que no funcionan estas medidas. (Crédito: CESAR MANSO/AFP via Getty Images)
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| Sin embargo, desinfectar los zapatos o dejarlos a la entrada de la casa puede evitar que entre la suciedad y contaminantes. (Crédito: ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images)
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| 2. Limpiar las bolsas de la compra | Los expertos que consultamos dicen que no funciona limpiar las bolsas de la compra, pero hay discusión. (Crédito: Oli Scarff/Getty Images)
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| “La probabilidad que el virus esté pegado en la bolsa es baja… Lo que sí es importante es lavarse las manos después de coger las bolsas. No son las bolsas las que trasmiten, son las manos”, explicó una doctora. Aunque el contagio por superficies es posible, es muy poco frecuente. (Crédito: Rob Carr/Getty Images)
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| 3. Tomar la temperatura | No funciona contra el covid-19. Según una experta, “en general, el virus no es un virus altamente productor de fiebre. (Crédito: Anthony Devlin/Getty Images)
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| En muy pocos casos está uno produciendo fiebre y cuando uno tiene fiebre se siente mal, es probable que no salga a la calle”. El porcentaje de las personas que transmiten el virus y tienen fiebre es muy bajo, afirmó otro médico. (Crédito: Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images)
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| 4. No tocar botones de ascensor y otras superficies de lugares altamente transitados | La clave está en lavarse las manos después de salir, cuando tocas superficies, antes de tocarte la cara, de comer, etc. (Crédito: ATTA KENARE/AFP via Getty Images)
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| Las superficies de lugares muy concurridos siempre han sido foco de infecciones, así que por eso el lavado de manos es fundamental. (Crédito: MLADEN ANTONOV/AFP via Getty Images)
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| 5. Desinfectar el dinero | Los billetes y monedas que pasan de mano en mano son vehículos de suciedad y microorganismos, pero quizás desinfectarlos no sea tan buena idea. (Crédito: Dan Kitwood/Getty Images)
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| Además de que desinfectar los billetes puede dañar el papel, el problema no está ahí. Insistimos: lávate las manos cada vez que toques este tipo de objetos. (Crédito: SAM PANTHAKY/AFP via Getty Images)
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| 6. Quitarse la ropa al llegar a casa y usar ropa antifluídos | La ropa antifluídos sí ayuda a que el virus no se pegue al tejido. Las que usan los médicos y personal de salud no debe salir del hospital. También funciona para personas que están en ambientes concurridos. Un médico explica que “si uno llega de la calle y que tenga que cambiarse de ropa, no”. “Pero igual si el virus se pega a la ropa, pues no pasa nada, porque de la ropa no salta porque no tiene movilidad”, añade. (Crédito: ROBYN BECK/AFP via Getty Images)
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| 7- ¿Qué SÍ funciona? | Lo hemos sabido desde el principio de la pandemia: evitar las conglomeraciones, privilegiar las actividades al aire libre y no los espacios cerrados, evitar las reuniones con muchas personas y sí, lavarse las manos. (Crédito: Maddie Meyer/Getty Images)
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| También funciona mantener el distanciamiento social y usar mascarillas. (Crédito: GEOFF CADDICK/AFP via Getty Images)
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Mitigar el riesgo
Fitzgerald cree que los bares pueden mitigar cierto nivel de riesgo al comunicar claramente las expectativas y tratar de crear una atmósfera de «autocontrol» entre los clientes. Aunque a diferencia de lugares como los supermercados o las tiendas minoristas, los bares son espacios intrínsecamente sociales, y los esfuerzos para hacerlos menos sociales pueden resultar en menos clientes.
Los gobiernos pueden ayudar a eliminar el riesgo mediante la implementación de medidas de mitigación, como los toques de queda, señaló Fitzgerald. Después de un gran brote en agosto vinculado a más de 20 bares y restaurantes en la ciudad escocesa de Aberdeen, los investigadores notaron que Escocia endureció sus pautas.
El país ordenó la recopilación de información de los clientes para el rastreo de contactos y prohibió la música de fondo en los lugares, para evitar que las personas tengan que gritar o acercarse para escucharse entre sí.
Por supuesto, no hay forma de eliminar el riesgo por completo.
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«Realmente estamos viendo, en este momento, ¿son las tasas de transmisión sonlo suficientemente bajas como para que podamos tolerar este nivel de riesgo y tener la confianza de que si hay alguna transmisión, podemos rastrearla y podemos lidiar con ella sin que se convierta en un problema mayor?», dijo Fitzgerald.
Muchos dueños de negocios saben muy bien que permanecer cerrados durante la pandemia puede ser económicamente devastador.
«Supongo que los gobiernos tal vez necesiten pensar en qué apoyo hay disponible para esas instalaciones, para que no se sientan obligadas a abrir si realmente no creen que puedan operar de manera segura», agregó.