BRAINSMART: Detectando conmociones cerebrales entre nios
Dolores de cabeza, nausea, vómito y mareos son los síntomas más evidentes de una conmoción cerebral.
Pero entre los niños, este problema no siempre es aparente, esta es la segunda parte de la serie especial del programa Brain Smart del Hospital Natividad en Salinas:
Entrar a un cuarto completamente blanco y lleno de instrumentos medicos, puede ser alarmante para padres de familia y sus hijos.
Viry Valdez lo sabe de primera mano, sus sobrinos de sólo 15 y 13 años de edad fueron diagnosticados con conmociones.
“Uno de ellos tuvo un casco, en el beisbol, y la pelota le pegó en el casco”, explicó Valdez.
El pediatra Dr. Raúl Lara del Hospital Natividad en Salinas dijo que las conmociones cerebrales en algunos casos pueden ser difíciles de detectar, por lo tanto deben realizar una serie de estudios.
“Les van hacer unas preguntas muy concretas a cerca de que paso, que tipo de fuerza fue, que síntomas están teniendo y luego tambien se hace una evaluación completa neurológica para asegurar de que no hay otros problemas”, dijo Dr. Lara.
Despues de la visita a la clínica algunos niños pueden sufrir síntomas durante semanas o meses.
“Dividimos los síntomas en cuatro diferentes tipos, uno de ellos son los síntomas del cuerpo, que son dolores de cabeza, nausea, vomito”, dijo Dr. Lara.
Luego están los síntomas cognitivos, esos incluyen dificultad para concentrarse o perdida de memoria.
Tercero, los síntomas emocionales o sociales que son irritabilidad, ansiedad o depresión. Dormir de más o menos, tambien es otro síntoma.
“En casos severos, claro hay síntomas que se ven luego, pero la mayoría de los casos toman tiempo, hasta días para que veamos algunos síntomas”, explicó Dr. Lara.
Por esto, expertos recomiendan que como padres de familia siempre evalúen la situación, esten alertos sobre los síntomas y nunca duden en contactar a su medico de cabecera.
En la tercera parte de esta serie especial del programa Brain Smart expertos revelan como tratan las conmociones cerebrales y cómo podemos prevenirlas.
Para leer la primer parte hagan clic aquí: Primera Parte