Recibi ocho balazos. Por la espalda. No iba armado. Tard 10 minutos en morir
El pasado 18 de marzo, dos policías respondieron a un aviso de que alguien había roto la ventanilla de un carro en Sacramento (California). Persiguieron a un sospechoso hasta que este saltó una valla y se refugió en una vivienda, que resultó pertenecer a su abuela. Los agentes dispararon 20 balas contra el, según afirmaron, al creer que estaba armado y les estaba apuntando.
Pero Stephon Clark, de 22 años, no estaba armado: lo único que se encontró junto a su cuerpo fue un telefono celular. La autopsia encargada por su familia ha desvelado este viernes que recibió ocho balazos. Disparados por la espalda. Tardó 10 minutos en morir.
Este informe contradice el testimonio de la policía, que asegura que Clark estaba confrontando a los agentes cuando le dispararon. Preocupados porque siguiera vivo y armado, estos no se acercaron a el hasta cinco minutos despues de balearle. El forense, Bennet Omalu, se ha dicho incapaz de asegurar que Clark hubiera podido sobrevivir si le hubieran atendido inmediatamente despues de recibir los disparos. Tenía seis balazos en la espalda, uno en el cuello que pudo matarle, y otro en el muslo.
Desde el día del tiroteo se han producido protestas casi diarias, pacíficas pero furibundas, en la capital de California, especialmente entre la comunidad afroamericana, a la que pertenecía la víctima. El presidente, Donald Trump, no ha hecho ninguna declaración al respecto. La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, lo ha considerado un asunto local.