Bancos de alimentos ofrecen comidas típicas a hispanos afectados por la pandemia
Gainesville, Georgia (CNN Español) — Silvia Vivar espera con paciencia la llegada del taxi que la llevará a su casa. Minutos antes recibió una caja con alimentos de La Alianza, una organización de ayuda en Gainesville, Georgia, donde el 40 por ciento de la población es hispana.
Admite la pena que le da tener que pedir por primera vez este tipo de ayuda.
“Sí se siente feo”, asegura Vivar. En 15 años viviendo en Estados Unidos esta mujer de origen mexicano cuenta que nunca había necesitado este tipo de ayuda. Agrega que la pandemia causada por el covid-19 provocó también una reducción en las horas de trabajo y sus ingresos.
Es una historia con la que Vanessa Zarazua está bien familiarizada. Ella es la directora de la ONG La Alianza y dice que la necesidad en la comunidad hispana de la ciudad existía desde antes de la pandemia. Pero solo el año pasado comenzaron a distribuir alimentos debido a la emergencia.
Y si bien los bancos de comida como el de ellos son comunes, Zarazua tenía una visión específica para su proyecto.
“Desde el principio sabíamos que teníamos que dar comida que la gente quiere comer”, dice, refiriéndose a los productos típicos de la dieta hispana como arroz, frijoles y harina de maíz para hacer tortillas, tamales, pupusas u otros platillos típicos en México y Centroamérica.
“Es lo que comemos con mis hijos”, dice Santa Hanel, una guatemalteca que dice ser madre soltera de 6 hijos. Ella viene a La Alianza porque aquí le entregan esos productos. Agrega que en otros lugares le han dado comidas que su familia no está acostumbrada a comer y acaban siendo desperdiciadas.
(Crédito: Gustavo Valdés)
Ese es un ejemplo al que apela Zarazua para resaltar la importancia de ofrecer productos relevantes a la comunidad. Asegura que si no recibieran gratis esos alimentos, la gente gastaría sus pocos ingresos en conseguirlos.
“Mejor que paguen la renta o la electricidad”, dice Zarazua.
Pero para algunos esta comida gratuita también tiene un costo. Es el caso de Silvia Vivar, quien dice que caminó unos dos kilómetros desde su casa para recibir dos cajas de productos. Pero para regresar tiene que pagar un taxi. El chofer dijo que este viaje cuesta unos diez dólares.
La alimentación durante la pandemia se ha sumado a los retos de la comunidad hispana, que ha sido de las más afectadas por la enfermedad no solo por el número de casos registrados, sino por la pérdida de empleos.
Pero el problema no es nuevo. Un estudio de 2010 reveló que casi el 30 por ciento de niños en hogares hispanos recibían algún tipo de ayuda alimenticia comparado con el 11 por ciento en hogares blancos. El 40 por ciento de niños en hogares de raza negra también recibían esa ayuda, según el estudio encargado por Feeding America, una organización que ayuda con la recolección y distribución de comidas en todo el país para personas que la necesitan.
Una vocera de Feeding America dijo que constantemente están en contacto con proveedores y grupos locales para asegurarse de que estén disponibles no solo los alimentos típicos de los hispanos, sino de todos los grupos étnicos.
A pesar de que las compañías que producen estos productos hacen donaciones a algunos bancos de alimentos, a menudo no es fácil conseguirlos. Zarazua cuenta que a diferencia del pan que reciben mensualmente directamente de la panadería que lo produce, ellos tienen que comprar el arroz, los frijoles y especialmente la harina de maíz o depender en donaciones de empresas privadas.
(Crédito: Gustavo Valdés)
“Yo creo que ellos creen que estas donaciones van a llegar a los grupos minoritarios o los más necesitados, pero ese no es el caso”, explica Zarazua, quien agrega que la demanda no cesa. En la más reciente distribución masiva, que hacen una vez al mes, dice que repartieron más de 700 cajas con unos 20 kilos de comida cada una. Y semanalmente distribuyen cientos de despensas a familias necesitadas.